Resumen ejecutivo

Presentación: Un modelo de cooperación propio, basado en lo público, en la participación, en un tejido social activo y en el análisis crítico

 
En Euskadi decimos mucho que las ONGD somos la respuesta de la sociedad civil organizada para luchar contra injusticias y las desigualdades manifiestas que asolan el mundo, y que fruto de esa solidaridad y corresponsabilidad de muchas personas en nuestra sociedad, nacimos, y con nosotras, las políticas públicas de cooperación internacional.
 

Sobre ese eje central de lo público ha pivotado nuestra acción, cuestión que ha supuesto y supone un tejido social activo, que se traduce en una sociedad rica en participación, en capacidad crítica y, sobre todo, en compromiso solidario. Tenemos un modelo propio, basado en un análisis crítico de un mundo donde las problemáticas están interrelacionadas, donde hay una serie de medidas económicas y políticas que ahondan en las desigualdades, y donde la brecha que entre personas y territorios empobrecidos va en aumento.

Creemos que mercantilizar con la vida y con las personas, objetivizando y traficando con las mujeres y niñas, explotando a personas y vulnerando los derechos básicos de determinadas poblaciones, es solo un efectos de lo que queremos erradicar. Dificultades y vulnerabilidades que este contexto pandémico, solo ha mostrado su cara más virulenta.

Ante la urgencia de la crisis global que vive el planeta, necesitamos un compromiso con la redistribución de la riqueza y la sostenibilidad ecológica y social como objetivos prioritarios. Necesitamos, en definitiva, salir del imaginario dominante del crecimiento económico ilimitado, situando el cuidado de las personas y la vida en el centro de nuestras preocupaciones y análisis.

Un compromiso que queremos trasladar con datos a través de este Informe del sector de las ONGD vascas. Un Informe que responde a un número importante de entidades vascas de desarrollo, que aglutinadas en la Coordinadora de ONGD de Euskadi, llevan una muy consolidada trayectoria defendiendo las causas de la equidad de género, la justicia social y el desarrollo humano sostenible, como claves para vivir una vida que merezca la pena ser vivida. Un informe que detalla los lugares donde trabajamos, nuestra base social, los sectores que priorizamos…

Este trabajo es, además, una herramienta de transparencia para seguir realizando nuestro trabajo desde la honestidad y la eficacia. Consideramos que es un ejercicio de responsabilidad del conjunto de las ONGD vascas que componen nuestra red porque nos permite compartir el alcance e impacto de nuestras actuaciones con la ciudadanía, las instituciones y los demás colectivos con quienes colaboramos, poniendo el enfásis en la contribución que hacemos desde Euskadi a construir un mundo más justo y sostenible para todas las personas y en todos los lugares.

Finalmente, queremos agradecer a las ONGD socias su participación en la elaboración de este informe, ya que no hubiera sido posible sin el esfuerzo realizado por ellas para recopilar la información que ahí se presenta. A todas ellas, gracias.

Pasen, consulten y naveguen por nuestro informe, esta es su casa.

Josu Urrutia Beristain
Presidente de la Coordinadora de ONGD de Euskadi

Octubre de 2022

Resumen ejecutivo
 
Desde los inicios de la política vasca de cooperación hace más de 30 años, Euskadi ha sido un referente en la materia en un ámbito internacional. Lo ha sido no solo por su compromiso con las cantidades presupuestarias destinadas a cooperación internacional, sino también por sus innovadores enfoques y planteamientos.
 
Por ello, son muchos los logros alcanzados en el sector en este tiempo, como por ejemplo, el marco legal y normativo en el que se sustenta esta política (a pesar de que parte de él ha sido sistemáticamente incumplido). También destacamos el papel de las ONGD como agentes fundamentales de la cooperación vasca, ya que aportamos una valiosísima red de trabajo, confianza, complicidad y aprendizaje mútuo que llega desde los barrios de nuestras ciudades y pueblos aquí en  Euskadi, hasta las comunidades y zonas más lejanas de los países empobrecidos donde trabajamos mano a mano.
 
Sin embargo, la cooperación al desarrollo vasca también debe afrontar importantes retos globales que acechan a las poblaciones de este mundo intercolectado. Entre ellos, destacamos la emergencia climática, la equidad de género, la sostenibilidad del planeta, las migraciones (y las causas la que las provocan), la universalidad de los derechos humanos, el auge de la extrema derecha y de los discursos racistas, excluyentes y xenófobos generadores de odio, la coherencia de políticas para el desarrollo, o el seguir contribuyendo a fortalecer unas políticas vascas de cooperación de calidad consensuadas que, a pesar de las dificultades, permanezcan estables para que, junto al resto de políticas sociales, pongan a las personas en el centro.
 
En todo ello, las ONGD debemos seguir teniendo nuestro rol protagónico, ya que nuestra experiencia y conocimiento avalan nuestro hacer. Sentimos, además, el apoyo y el aliento cercano y creciente que la ciudadanía, con su compromiso y esfuerzo solidario, ofrece al sector. Gracias a ella y a las instituciones públicas, junto a la responsabilidad de las organizaciones, sostenemos el trabajo que realizamos con más de 2 millones y medio de personas en diversos lugares del planeta.
 
Ofrecemos en este resumen ejecutivo una fotografía general sobre nuestras organizaciones, su trabajo y sus protagonistas. Además, incluimos historias en primera persona que ayudan a acercar este informe a la ciudadanía y a comprender mejor el valor añadido de la cooperación al desarrollo y su aporte a la transformación social. El informe íntegro, que se encuentra en esta página web, presenta información correspondiente al año 2020 de las organizaciones que han respondido la encuesta. Actualmente, 84 organizaciones componen la Coordinadora de ONGD de Euskadi. La recogida de datos para este Informe se realizó en 2021, cuando 81 organizaciones componían esta red. 57 organizaciones socias respondieron esta encuesta.

Las ONGD en Euskadi

 

84 organizaciones y 1 objetivo: un mundo más justo para todas las personas en todos los lugares

 
 
Según datos de 2020 reflejados en este Informe, 339 personas trabajan en nuestras organizaciones (el 72% son mujeres y el 28% son hombres), por lo que concluimos que el sector de las ONGD vascas está claramente feminizado. Sin embargo, si prestamos atención a las personas cooperantes, comprobamos que el porcentaje de mujeres cae significativamente hasta el 64%, mientras el de los hombres sube hasta el 36%. La mayor parte de las personas trabajadoras desempeñan sus labores en las sedes de las ONGD en Euskadi.
 
El perfil más habitual entre las personas trabajadoras de las ONGD vascas es el de mujer mayor de 25 años.
El 79% de los contratos en las ONGD vascas son indefinidos, frente al 21% que son temporales. Cabe señalar que hay un 8% menos de mujeres con contrato indefinido.
 

La jornada completa es la modalidad predominante en este sector. El 69% de los contratos son de jornadas completas, frente al 19% que son de jornadas parciales y un 13% que son de jornadas reducidas. Si analizamos las jornadas laborales por sexo, nuevamente constatamos diferencias. El 82% de los hombres tiene una jornada completa, frente al 64% de las mujeres.

Constatamos, por tanto, que la jornada reducida sigue estando feminizada, ya que se acogen a este contrato, asociado generalmente al cuidado familiar, un 16% de mujeres frente al 4% de hombres.

A pesar de tratarse de un sector feminizado, tradicionalmente los puestos de decisión en las organizaciones han estado ocupados por hombres, un reflejo de la sociedad patriarcal en la que vivimos. Según los datos, en las juntas de gobierno de las organizaciones, un 53% de las personas son mujeres, frente al 47% de hombres. Así, concluimos que las mujeres están infrarrepresentadas en esos espacios de decisión, ya que el predominio de las mujeres no es tan alto en comparación con lo feminizado que está el sector, según se ha concluido anteriormente (72% mujeres frente al 28% hombres).

En el caso de la dirección o coordinación de las ONGD, se observa que el porcentaje de hombres y mujeres prácticamente se invierte: 60%  hombres  y 40% mujeres. Recordamos que en el caso del personal contratado, el 72% de las personas trabajadoras son mujeres y el 28% hombres.

En cuanto a las políticas institucionales en las ONGD, el 82,4% de las organizaciones tiene una política de género.

El 70% cuenta con un protocolo sobre acoso sexual en vigor.

Un 28% ha elaborado una política de gestión medioambiental.

Nuestro trabajo

Trabajamos con más de 2 millones y medio de personas, en 58 países, y a través de 742 proyectos de cooperación

 

El trabajo que realizan nuestras organizaciones se extiende a lo largo del mundo y alcanza a 2.522.771 personas.

Están presentes en 58 países y desarrollan su labor en grandes ciudades y pequeñas aldeas en multitud ámbitos. Muchas de ellas contribuyen a mejorar las condiciones de vida en zonas remotas y aisladas a las que no llegan otros actores de cooperación.

Sumando el trabajo de todas ellas, hablamos de un total de 742 proyectos en los que se invierten 44.990.299 €.

Los países en los que se centraron los esfuerzos económicos de las inversiones fueron Guatemala, Colombia, R.D. del Congo, India, Palestina, SenegalSahara Occidental, México o Cuba, entre muchos otros.

Si ponemos el foco en los proyectos, la mayoría de los 742 proyectos totales se ubican de este modo: el país con mayor número de proyectos es Guatemala (69), seguido por Perú (67), Ecuador (61) e India (57). También destacan Bolivia (41), Colombia (40) o R.D. del Congo (34).

El continente en el que trabajamos con mayor número de personas es América, donde llegamos a 1.184.805 personas, seguida de África, con 533.996, Oriente Medio con 486.168 y Asia con 347.052.

La zona geográfica en la que las ONGD trabajamos con un mayor porcentaje de mujeres es Oriente Medio (70,5%).

Los proyectos de nuestras organizaciones se centran en 19 sectores de actuación. Concretamente, en 39 países se desarrolla trabajo vinculado a la educación, entre los que destacan Bolivia, Ecuador, Colombia o R.D. de Congo. En 33 países se lleva a cabo trabajo para apoyar el empoderamiento de las mujeres, entre ellos Perú, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Cuba, India o Senegal. Le sigue la labor que realizan en defensa de los derechos humanos en 31 países, en agricultura en 24 países, o en salud en 27 países

En cuanto a la población destinataria de los proyectos de cooperación, la mayoría de las organizaciones dirigen su trabajo hacia las mujeres de 33 países. La población rural también recibe una atención importante en 22 países, y el conjunto de la población es el público diana de otros muchos proyectos en 35 países.

A grandes rasgos, constatamos que el trabajo de nuestras organizaciones tiene un impacto destacado en la vida de mujeres y niñas. La población femenina con la que trabajamos es superior en las distintas áreas de trabajo (educación, salud, agricultura, etc.) y en todas las regiones del mundo. El número de mujeres con las que trabajamos asciende 1.592.872, frente a 962.998 hombres.

Quién nos apoya

 

La base social de las ONGD: un compromiso creciente

 
En cuanto a la base social de las ONGD vascas, en 2020 ascendió a 90.400 personas; este número incluye a quienes ofrecen un apoyo económico (personas socias y donantes) y a quienes realizan algún tipo de voluntariado.
 
1.947 personas son voluntarias en las ONGD vascas, de las cuales seis de cada diez son mujeres (60%). Se incluye en este apartado a las personas que realizan algún tipo de voluntariado, tanto en las sedes de las ONGD como a través de su participación en órganos de gobierno. El grupo de edad con mayor presencia en el voluntariado es el que se sitúa entre los 30 y 64 años, en especial mujeres
 

Las personas donantes también permiten que el trabajo de las ONGD sea posible, concretamente, 7.135 personas.

81.269 personas socias apoyan  a las ONGD de Euskadi, la mayoría particulares frente a las entidades privadas socias.

Nuestras cuentas

 

Pese a la pandemia, la financiación de las instituciones vascas es continuista con la cooperación al desarrollo

 

En cuanto a los ingresos, en 2020, la mayor parte de la financiación de las ONGD que han participado en este estudio proviene de fondos públicos (77,6%), que equivale a 49.550.929 €. De esa cantidad, el 82% proviene de fondos autonómicos y locales, y el resto, de fondos de ámbito nacional o europeo.

El resto de financiación que reciben las ONGD se corresponde con financiación privada, y equivale al 22,3% (14.258.558 €). La mayor parte corresponde a donaciones puntuales, un 40,20% de toda la financiación privada; en ella están contabilizadas las donaciones puntuales de personas físicas y el resto de campañas de captación de recursos. Le siguen las cuotas periódicas, que suponen un 33,2% de los fondos privados de las ONGD. En tercer lugar, se encuentran otros ingresos privados, que suponen el 26,6% de sus ingresos privados.

Proyectos cooperación, de educación para la transformación social y de emergencia, ejes de la actuación de las ONGD

 

En cuanto a los gastos de las ONGD, en 2020, las organizaciones que han respondido a este estudio, de forma conjunta invirtieron 48.896.063 € en actividades que incluyen cooperación al desarrollo, acción humanitaria y educación para la ciudadanía global.

La mayoría de nuestras organizaciones se dedican a la cooperación al desarrollo, aunque algunas realizan actividades de acción social que son las que se centran en población en situación de vulnerabilidad en Euskadi.

Si nos centramos exclusivamente en el presupuesto de cooperación para el desarrollo, destaca que el 76,58% de los gastos se destinó a la ejecución de proyectos y programas de desarrollo.  El 13,45% se destinó a educación para la transformación social, incidencia política y voluntariado. El resto de recursos, es decir, el 9,9% se invirtieron en proyectos de acción humanitaria y emergencia.